A partir de 2023, se podrá hablar por teléfono desde el aire en algunos lugares del mundo.
El año que viene, la conectividad llega al cielo.
Es parte de lo que pasa en todos los vuelos: antes de despegar, te piden que desactives los datos móviles y que pongas el celular en el famoso “modo avión”. Y, recién cuando la aeronave alcanza cierta altura, podés conectarte a internet a través del wifi que proporciona la aerolínea.
Este procedimiento obedece a razones de seguridad, debido a que las señales 4G -y otras previas- pueden llegar a producir interferencias con sistemas eléctricos o de telecomunicaciones del avión, con el riesgo latente de algún accidente.
Sin embargo, desde 2023, esta indicación quedará en el pasado, al menos para los pasajeros que se trasladen a bordo de vuelos dentro de la Unión Europea. Concretamente, a partir del mes de junio podrán mantener sus celulares encendidos durante todo el viaje.
Así lo confirmó la Comisión Europea, que va a asignar frecuencias de la nueva telefonía 5G para permitir la conectividad desde el aire.
Los pasajeros podrán usar sus datos para navegar desde el avión. (Imagen ilustrativa ).
Qué cambios implica el fin del “modo avión”
En primer lugar, la gran novedad de esta medida es que los pasajeros podrán hacer y recibir llamadas a bordo del avión en pleno vuelo, como si se estuvieran trasladando en cualquier otro medio de transporte.
Y, por otra parte, ya no necesitarán conectarse al wifi proporcionado por la aerolínea para navegar por internet, usar distintas aplicaciones o publicar contenido en redes sociales, sino que podrán conectarse a través de sus propios datos móviles.
En este marco, hay que destacar que cada aerolínea tendrá que hacer su propia inversión para instalar un equipo de red especial que permitirá conectar a los usuarios y enrutar las llamadas y el tráfico de datos entre el avión y la red móvil terrestre.
Y como durante el vuelo conectará -según el caso- con redes móviles terrestres pertenecientes a más de un país, los pasajeros deberán contemplar el costo de roaming que se puede generar. El cielo, parece, ya no es un límite para la conectividad.